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Rosamonte.

Excelencia y calidad no son casualidad.

Hablar de yerba mate es hablar de Misiones, de su naturaleza, su exuberancia, su terruño rojo intenso y sus cielos azules infinitos. Pero hablar de calidad y excelencia en yerba mate, es hablar de Rosamonte, de la firma HREÑUK SA, ubicada en la ciudad de Apóstoles, capital nacional e internacional de la yerba mate, al sur de la provincia, y de toda su línea de productos. Lograr ser referencia no fue casualidad, sino el resultado de un largo proceso, celosamente controlado cualitativa y cuantitativamente, que se inicia en la obtención de una materia prima de primer nivel, la hoja verde de yerba mate, donde los productores de la zona son protagonistas esenciales, pasando por secaderos y molinos propios bajo estrictos controles de calidad, higiene y seguridad. Finalmente, se procede al envasado con maquinaria y envases que aseguran su perfecta conservación hasta llegar al cliente.

Dentro de este proceso, merece una mención especial su moderno secadero, ubicado en el Lote 51, el primero en obtener el certificado en BPM en la región, completamente automatizado, utilizando biomasa como combustible para la generación de energía calórica tanto para el sapecado como el secado, acompañando la filosofía de ecosistema productivo y desarrollo sustentable, y elevando así los niveles de eficiencia en gestión ambiental y calidad de sus productos. Rosamonte, como se la conoce en todo el país, se dedica principalmente a la elaboración de la yerba mate, abarcando la plantación, cosecha, secado y envasado de tan noble producto, pero su abanico de actividades no concluye allí. A través de los años, con decisión y la convicción necesaria, incursionó en la elaboración de té, envasado y a granel, con plantaciones propias certificadas que le permiten lograr un producto que apunta a crecer y posicionarse en los mercados internacionales.

Asimismo, se desarrollan en la ganadería, actualmente de invernada a campo, aprovechando las extensas y productivas tierras misioneras y del norte correntinas de su propiedad; y en la acuicultura, con lagunas que logran una producción constante y controlada del ya conocido “Pacú Rosamonte”, acompañadas de un modernísimo frigorífico construido para tal fin, único en la provincia y primero de su tipo en el país, que les permite obtener productos enteros, en mitades y desespinados. Además, tiene una vanguardista fábrica de alimentos balanceados, con sus líneas “Pipí cucú” para bovinos, ovinos, equinos, peces y aves que se posiciona a paso firme en el mercado zonal.

La empresa tiene, sin dudas, un rol protagónico en toda la región no solo por su dedicación y responsabilidad social en la creación de puestos de trabajo, sino por su constante expansión e inyección de inversiones importantísimas a nivel tecnológico, actualizando procesos e incorporando maquinaria e infraestructura indispensable para lograr el crecimiento y mejoramiento productivo, espacio en el cual el sistema financiero y, principalmente, el Banco Nación han sido claves para lograr los objetivos.

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